Gracias al apoyo de todos los veracruzanos, durante cinco años se ha logrado empoderar a través de proyectos productivos a más de 25 mil mujeres jefas de familia.
Según las aptitudes, lugar de origen y experiencia, el DIF estatal las equipa y capacita para la instalación de un negocio propio, como son panaderías, carpinterías, molinos de nixtamal, así como cría y engorda de ovinos y porcinos.
Hoy en día, el DIF estatal de Veracruz ha profesionalizado su asistencia social, todos los apoyos tienen una intención, un control, un seguimiento y una evaluación. A cada familia se le conoce sus necesidades específicas, se observa su entorno, su productividad y sus habilidades.
La economía familiar y la de otros miembros de la comunidad se ha visto beneficiada con la generación de más empleos a través de estos proyectos lucrativos otorgados a mujeres; ellas en grupos de seis trabajan arduamente para que sus hijos tengan mejores y mayores oportunidades de desarrollo.
En los proyectos productivos las mujeres reciben las herramientas de lo que puede convertirse en un patrimonio. Las madres se empoderan para proteger y forjar un futuro a las generaciones más pequeñas. Es así que por un proyecto se enriquece la economía de seis familias.
“El DIF piensa en las mujeres y en todas sus necesidades”, dijo Georgina Gabriel López, ama de casa que encabeza una de las nueve familias que conforman la comunidad La Soledad, donde fueron beneficiadas con un molino de nixtamal.
“La presidenta estatal y municipal del DIF son mujeres y conocen las necesidades que hay en un hogar, por eso nos dieron este molino, para ya no levantarnos a las tres de la mañana y caminar los dos kilómetros hasta donde se encuentra el molino más cercano”, platicó Gina -como la llaman-, mientras molía tres kilos de maíz para las tortillas que consumiría su familia ese día.
Igual que ellas, las madres de familia de la comunidad de Benito Juárez son mujeres que les gusta trabajar. Dolores Cerón Sánchez tiene 72 años, es la más sonriente y conversadora del grupo de seis que crían el proyecto de borregos que recibieron hace cuatro meses.
Todas participan y se reparten las tareas de llevar alimento, limpiar el corral y sacar a los borregos a pastar en los campos del Cofre de Perote, en espera de que se reproduzcan y vendan los animales.
