Tiempo suspendido. Johanna Aguilar Noguez
El eje rector de dicha obra es el juego. La puesta en escena parte de la aparente gratuidad del acto de jugar. Las actrices en un inicio en sus diálogos dejan clara la aparente inutilidad del mismo, lo utilizan para pasar el tiempo en lo que 'el viejo llega' y con él el momento de empezar a hacer algo de verdadero provecho, algo que generé ganancias.
Envuelto el espectador en este planteamiento, no espera ser sorprendido por el grotesco giro que se da en el trascurso de la obra, pues las escenas van creciendo y logran atrapar por la vía más inesperada la esencia del juego, logrando sustraerlo de toda explicación. Esto es posible a través de la composición de diferentes aspectos: el escenario montado con una serie de cuadros que muestran los dolores, delirios y deseos perversos de grandeza de la actual sociedad. El vestuario con colores tristes y de penosa presentación, muy bien magnificados con el juego de iluminación, aunado a esto la extraordinaria capacidad gestual de las actrices, quienes parecieran haber encarnado en su lengua las palabras escritas por Mariela Romero.
Otro factor determinante en la puesta son los receptáculos físicos (una silla de ruedas, un sombrero, un monedero, un cuchillo) e imaginarios (una bicicleta, un reino, una corona) los cuales según su disposición y la sucesión de las escenas en las que se origina el contacto sensorial, dichos objetos se ven inmersos en un proceso de manipulación que culmina en la formación de un símbolo.
En esta obra, el juego difumina los bordes de la realidad y se vuelve un puente entre lo humano y lo animal. Obligando al espectador a preguntarse sobre si el juego es origen o residuo de la cultura, pues la parte social también es factor importante en el desarrollo de la trama, esto claro desde la dirección que manifestó busca explorar los lazos entre creación, arte y cultura.
Respecto a la técnica utilizada por el maestro Raúl Jesús González explicó en una entrevista en Dominio Público de Arvisa Radio que consiste en un inicio en la fragmentación del guión en unidades dramáticas obteniendo los sucesos principales, los cuales posteriormente son improvisados por los actores, quienes sólo al lograr introyectar las emociones, pueden iniciar con el proceso de memorización.
Así aprendimos a jugar en el teatro, a defender el derecho de preservar el juego para sí, y proteger la reserva de la determinación humana.
Entrada Períplo
Público
Escena de El juego
Cartel
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